La violencia contra las mujeres: la otra pandemia
Ante una pandemia como el machismo no sirve de nada lavarse las manos, ni mantener la distancia social. Todo lo contrario, es necesario la implicación de todas y todos, y estar cerca de las víctimas –mujeres, hijas e hijos– desde todos los ámbitos para que no se sientan solas. Las medidas de confinamiento y restricciones de movimiento y de relación tomadas con motivo de la Covid-19 no han hecho sino desenmascarar este problema social y evidenciar la vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres víctimas de violencia machista.
Como todo virus, el machismo aprovecha la más mínima oportunidad para propagarse y esta situación que nos ha tocado vivir es el mejor caldo de cultivo para ello. La violencia es una manifestación de las relaciones desiguales de poder y la discriminación contra las mujeres, hechos que la crisis sanitaria y la consecuente crisis económica han intensificado.
Algunos datos que aparecen en la página de la ONU Mujeres que hablan de la dimensión del problema a nivel global:
- Incluso antes de que comenzara la pandemia, una de cada tres mujeres sufría violencia física o sexual, sobre todo por parte de su pareja.
- Desde el inicio de la pandemia en muchos países se han aumentado las llamadas a las líneas de atención de casos de violencia en el hogar.
- El acoso sexual y otras formas de violencia contra las mujeres siguen sucediendo en la vía pública, en los espacios públicos y en Internet.
- La mayoría de las mujeres no disponen de la información necesaria y desconocen los medios a los que se pueden acudir para recibir apoyo.
- En algunos países, los esfuerzos y los recursos destinados para la protección de las mujeres se han desviado a combatir la pandemia.